martes, 5 de abril de 2011

BODA MÚLTIPLE EN ARGENTINA, NO ES CASUALIDAD


Existen gustos muy diversos sobre cómo celebrar una boda. Un día tan importante para muchos como insignificante para otros. Los hay que optan por una fiesta a lo grande; o al contrario, por una celebración discreta. Pero en nuestra cultura europea, cada vez más individualista, resulta extraño imaginar una boda conjunta.

No parece ser así en la provincia de Mendoza, en el oeste de Argentina, donde se han casado nada más y nada menos que 20 parejas de forma simultánea. 20 historias de amor, 40 vidas, decenas de familiares y amigos reunidos en un mismo día y un mismo lugar. La iniciativa partió también de una pareja, en este caso de dos miembros de la iglesia evangélica pentecostal.

Lo más curioso del caso es que las parejas que han contraído matrimonio no se conocían entre sí. Lo único que compartían era la voluntad de sellar su amor “bajo la bendición de Dios”. Ese era precisamente el lema de la convocatoria, que no hacía distinciones y fue lanzada para todas las religiones.  

Se trata de un hecho poco común. Pero responde a una cultura subyacente, la argentina, que incita y fomenta lo grupal. En buena parte es por este motivo que el fútbol se vive tanto en el país. Toda una comunidad disfruta, en grupo, de lo que a su vez hace otro grupo: los once jugadores. En la cotidianeidad misma observamos este rasgo. Quedar para comer un asado –carne a la parrilla- es la excusa para una reunión semanal con la familia y/o amigos. La carne es tan importante, como producto nacional y como elemento aglutinador, que hasta forma parte de la canasta básica.

Tampoco es casualidad que las familias se vean mucho más a menudo que en los países europeos. Lo mismo sucede con los amigos. Además, la relación se desarrolla de una manera que a nosotros nos podría parecer “intrusiva”. Y es que el concepto de intimidad que tan arraigado está en nuestra cultura, en Argentina no existe como tal. Es normal, por ejemplo, que alguien toque el timbre de tu casa sin avisar previamente. Y a la mayoría le parece ridículo tener que “coordinar” un encuentro.

El amor al grupo y el temor a perderlo es tal que es habitual entre los jóvenes designar el viernes como día de salida con los amigos y el sábado, para las parejas. Así se aseguran que nadie “desaparezca” – debilitando al grupo- a causa de tener un novio o una novia.

Claro está, por la misma regla de tres, los argentinos también saben compartir más y mejor. No existe el “¿Tienes una galleta?”, “No, me queda solo una”. Porque lo que hay se reparte.

Como las parejas de Mendoza, que ni siquiera se conocían y de ahora en adelante compartirán para siempre el día en que dijeron: “Sí, quiero”. Los organizadores ya lo han confirmado. La convocatoria sigue abierta para otros grupos interesados.